La imagen de Jesús Nazareno que se veneraba en el Convento de los Dominicos, a raíz de la cual se fundó la Hermandad, según cuenta la tradición popular fue traída a Ciudad Real por el primer prior de este convento, que era de Sevilla, y se atribuía a Martínez Montañés por unos y por otro gran sector a la escuela de Juan de Mesa. Pero todo parece apuntar que era probablemente de alguno de los discípulos de Montañés, que en el siglo XVII ejecutaron tantas obras en Andalucía. Emiliano Morales, en el informe que redactó de los bienes que desaparecieron y que fueron destruídos en la Parroquia de San Pedro durante la Guerra Civil, asegura que la imagen de Jesús Nazareno era de la escuela de Juan de Mesa, discípulo de Montañés. La imagen era una de las más veneradas por toda Ciudad Real después de la patrona, Virgen del Prado.
Tenía un cincelado tan bello de facciones y una expresión tan suave y penetrante, que la acreditaban como una joya de extraordinario mérito. Su rostro era de purísimas facciones hebreas, poseía una suave y triste mirada y de su boca parecía salir amarga queja o angustiado suspiro. Cuando pasó por España el periodo de la invasión francesa, los dominicos llevaron la imagen de Jesús para ocultarla al convento de Religiosas Dominicas que existió en la calle Altagracia. En julio de 1936, al inicio de la Guerra Civil Española, al ser saqueada la Parroquia de San Pedro, la imagen fue destruida.